Aunque había sido su pasión desde niño, Uenoyama empieza a aburrirse de tocar la guitarra y se siente vacío. Entonces se topa en las escaleras del instituto con Mafuyu, un chaval algo pasmado que sujeta una guitarra con un par de cuerdas rotas. Tras arreglárselas, Mafuyu le pide que le enseñe a tocar, algo a lo que Uenoyama accede a regañadientes. Y, un día, Mafuyu se pone a cantar... y deja impresionado a Uenoyama, ¡que le pide de inmediato que se una a su banda! Pero Mafuyu rechaza la oferta porque...